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Viajando por el mundo con bebé

  • Foto del escritor: Sophie Canseco
    Sophie Canseco
  • 29 abr 2019
  • 4 Min. de lectura

Habíamos hecho viajes cortitos con bebé, a Tepoztlán y a puebla. Con todo el kit para un ratito en cada lugar, aprovechando que duerme la mayoría del tiempo y no nota los caminos largos ni se desespera con el tráfico como nosotros. En Tepoztlán el inconveniente fue la carriola, debido al piso empedrado y las subidas y bajadas, así que mejor lo cargamos y la carriola solo estorbo y no fue necesaria, de ahí en fuera todo bien.


Las cosas empezaron a preocuparnos para realizar un viaje al extranjero, ir a Cannes, claro lo primero era preguntarle al pediatra si era posible a lo que respondió “hay niños en todas las partes del mundo” esta frase fue la más acertada y agregó que solo se debían respetar sus condiciones de alimentación, cada 3 horas aquí y en Francia es lo mismo, así como cuidar su ambiente, es decir mantenerlo en una buena temperatura, si vas a un lugar de calor destaparlo y si vas a un lugar frío taparlo, pero tampoco al grado de que esté sudando, porque es peor. Y el pediatra nos dio todos los medicamentos que pudiéramos usar, la receta para recordar las dosis y la confianza de poderle escribir un whats o llamarlo ante cualquier adversidad.


Entonces lo decidimos, nos llevábamos a bebé a conocer el mundo y comenzaron los preparativos, empezando por el pasaporte, que justo lo sacamos un día antes de volar (eso es vivir al límite, ¡pero lo logramos!)


Parte fundamental de los preparativos fue la maleta , y ¿que necesitamos llevar? Primero que nada estuve checando el clima, nos encontraríamos con frío así que comenzó la aventura de encontrar ropa de frío en plena primavera, fue difícil conseguir un comando en esta época y aparte uno pequeñito de 0 meses que le quedara bien. Finalmente encontramos dos comandos, uno que le quedó perfecto y uno grandecito, también conseguimos ropita térmica y un par de mamelucos calientitos. En la maleta no podían faltar pañales suficientes y medicinas en caso de todo lo que pudiese pasar, el médico nos recetó para cada cosa. Claro, también llevamos la fórmula y ¡las mamilas! al pensar en ellas, surgió otra cosa que llevar el esterilizador, que seguramente haría mucho bulto en la maleta, podría romperse y en donde estuviéramos solicitar que lo pusieran en el microondas con el riesgo de cualquier cosa.


Por lo que nos dimos a la tarea de buscar alguna solución y al googlear “mamilas desechables” encontramos unas bolsitas de la marca Playtex, existen de 4 y de 8 onzas y también te venden la mamila que les queda. El chiste de las bolsitas, es que la colocas y al finalizar la tiras y la mamila queda limpia, lo único que se ensucia es el chupón. Las venden por amazon y en liverpool, al irlas a comprar vimos que le quedan bien a las mamilas de avent o a las de evenflo advance de las gorditas, así que no compramos la mamila de playtex, solo muchos chupones para cambiarlos durante el día. Este hallazgo fue maravilloso, ¡nos ahorramos el llevar el esterilizador!


Volviendo a la maleta, seguí la idea de mi tía que alguna vez vi, meter cada juego de ropa en bolsitas ziploc, así no tenía que pensar en la combinación de cada día, sino ya llevaba todo preparado en orden. También hice un kit con gel de baño, crema, loción y todo lo que pudiese ocupar, también llevamos su toalla y esponja.


Decidí no llevar la carriola, suficiente era con las maletas para tener que llevar más llantitas que acarrear, aparte de que tendría varios tours y seguro era complicado abrirla y cerrarla en cada punto, así que opte por un cargador de bebé, bueno en realidad combine dos, uno llamado “nido de amor” que es un fular pero ya armado, porque soy bastante torpe para amarrar, y una cosa llama “baby seat” , el primero hace que bebé esté pegado a mi y me permitía tener las manos libres y el segundo deja que bebé esté recargado ahí por lo que no tenía peso en mis hombros, fue bastante cómodo y así recorrimos Cannes, Mónaco y Madrid.



Fue un gran viaje, claro adaptándonos a nuevas condiciones como papás y dejando un poco la fiesta de lado , pero creo q valió la pena, porque lo mejor era estar con él, aunque esté así de pequeñito se que nos conoce y nos siente, ¡al final somos sus papás!

En fin, pañales me sobraron un montón, bolsitas también porque intercalé fórmula y amamantarlo, Ropa también sobró pero no tanto, pero creo fue mejor a que nos hubiese hecho falta algo. De las medicinas no usamos nada y bebé estuvo muy bien.



Fuimos a otro continente, nuestros ojos exploraron juntos nuevos países, aprendimos a viajar con nuestro pequeño pedacito de amor que es el amor más grande, escuchamos otro idioma y sentimos otro mar, disfrutamos del azul del cielo universal y sobre todo disfrutamos de estar juntos. Amamos cada experiencia, los baños en tina y dormir juntos cada día. Bebé casi todo el tiempo estuvo dormido pero respiro aires nuevos y siento que es muy bueno energéticamente.


Así que mi recomendación es aventurarse y aprovechar las oportunidades que la vida te da.


En la siguiente entrada les platicaré un poco de mi experiencia en los vuelos, con las aerolíneas y aeropuertos. Hasta la próxima.

 
 
 

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